viernes, 12 de febrero de 2010

EXMURCIANISTAS POR GRECIA: PABLO GARCÍA



El Jugador que nos ocupa hoy es bastante conocido. Cambiamos Atenas por Tesalónica.

Pablo Gabriel García Pérez nació en Uruguay el 11 de Mayo de 1977. Está claro que en su currículum la casilla de "movilidad geográfica" está siempre seleccionada, pues ha sido un trotamundos en esto del balompié. Empezó jugando en el Montevideo Wanderers con 19 años, y tras tres años salta el charco para enrolarse en las filas del At. Madrid, donde al poco sería cedido al Real Valladolid, donde estuvo unos 6 meses y no llegó a debutar. De ahí volvió a irse cedido, esta vez al Peñarol de su pais natal, donde hizo las maletas rumbo a Italia para jugar en el A.C. Milán, club en el que volvió a estar cedido y con el que sólo jugó 5 partidos. De ahí se fue cedido al Venecia, momento en el cual Osasuna pone sus ojos en él y lo ficha. Tras varias temporadas dando un gran rendimiento, el Real Madrid lo ficha por 5 millones de euros (todo un negociazo). Ya en Madrid, su nivel no es el esperado (es el tipo de jugador válido para equipos con menos objetivos), y a la temporada siguiente es cedido con opción a compra al Celta de Vigo. Con los vigueses desciende a 2ª división y vuelve al Madrid, donde de nuevo es cedido, esta vez al Real Murcia, un club que acaba de subir a 1ª y está formando un proyecto ambicioso.

Pablo García, vistiendo la camiseta del Real Murcia


Tras 4 partidos magníficos en Murcia, Pablo García se diluye como un azucarillo en un vaso de agua al principio, pasando de todo a mitad de temporada. Al acabar la temporada, el equipo baja a 2ª división y Pablo García regresa a la disciplina merengue, donde acaba su contrato y, lógicamente, no se lo renuevan. Libre para negociar con el club que le apetezca, en Julio del 2008 firma por el PAOK de Salónica. Ha mantenido cierta regularidad allí, aunque ha protagonizado un sinfín de incidentes, como pegarle un puñetazo a un contrario y pegar a compañeros y patear hasta destrozar un túnel de vestuarios.


Este jugador, que vino aquí como estrella, empezó bastante fuerte, haciendo grandes partidazos, sobre todo contra el Real Zaragoza, hecho que a nosotros nos ilusionó un disparate pero que luego resultó ser que el Zaragoza también bajó, y que no era para tanto.
Parafraseando a Quevedo, se le puede definir como "érase un hombre a un mate pegado". Tremenda obsesión la de este hombre con el mate. Siempre con un mate en la mano, menos cuando estaba jugando al fútbol o durmiendo (y lo 2º no lo tengo muy claro). Me gustan los jugadores sudamericanos por la garra que le ponen, y Pablo García no iba a ser menos, pero también son una bomba de relojería. Esa garra en el campo puede hacer mucho daño en el vestuario, como aquí lo hizo.


Aquí acaba por hoy, el próximo día: Diego "pulga" Quintana.

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