viernes, 5 de marzo de 2010

MI PRIMER VIAJE A GRECIA (VI)

Bueno pues llegamos al final. Domingo por la mañana nos levantamos y ya con mi mujer recuperada, nos vamos a darnos nuestra última vuelta por la ciudad. Quedamos con los cartageneros para dar una vuelta e irnos a comer por ahí. Nos encontramos con ellos en Omonía ya que su hotel está justo allí, y me cuenta Armando que ha conseguido un céntimo griego. Cómo? En un monasterio de Meteora, en una especie de plato en el que la gente echaba dinero, lo vió y lo cogió. "Me he ganado la maldición eterna" me decía "eso si, a cambio le dejé un euro, yo creo que los monjes han salido ganando!" Nos damos una vuelta y me dicen que habían quedado a comer con más gente que habían conocido en su viaje por el Peloponeso. Nos sentamos por Monastiraki a comer y un camarero me pregunta "tú Barça?" digo "no, Real Murcia, socio¨ y me dice "Ja! Real Murcia=Caput!" (ibamos los últimos y condenados a descender). De primeras me sorprendió que supiera el puesto en el que íbamos, pero luego ya me mosqueó porque a cada vez que se arrimaba a la mesa a dejar algo o a pasar por al lado me decía "Real Murcia= Capút!" jejeje

A la tarde nos encontramos con los de Toledo, ya que el resto se desperdiga y los cartageneros tenían que hacer la maleta porque se iban de crucero por las islas griegas (vaya viajecito completo el suyo) y nos recorremos por última vez la avenida Panepistimio, parando para entrar a ver la catedral cristiana por dentro y ya de paso mi mujer ponerle una vela a su madre, que estaba muy enferma. Después, a despedirnos de la universidad y la biblioteca, donde nos hacemos la última foto del viaje


De camino al hotel, nos compramos en un quiosco (esos sitios donde aquí venden periódicos, revistas y coleccionables y allí son como un carrefour en pequeño) una maleta de tamaño mediano para poder meter todo lo que habíamos comprado, ya que en las dos maletas que teníamos no cabía (y casi no cabía en tres!). Llegamos al hotel a hacer las maletas que al día siguiente nos íbamos para casa. La tristeza era evidente en nuestras caras, pero era lo que tocaba.

Al día siguiente, salimos de la habitación a las 12 como está mandado y nos bajamos a la recepción, dejamos las "llaves" y esperamos hasta las 13 para que nos recojan.

Como último, conforme el avión cojía altura, ya que había cumplido mi anterior promesa de ir a Grecia una vez en la vida, hice otra: VOLVER ALGÚN DÍA.

1 comentario:

  1. Καλησπέρα, Juan Pedro:

    He revivido algunos momentos de mis días en Grecia gracias a tu relato.

    Yo también volveré siempre a Grecia, aunque algo mío se quedó allí desde la primera vez que la visité.

    La foto, chulísma.

    Καλή εβδομάδα!

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